DECRETO PRESUPUESTO DE EGRESOS

18 DE DICIEMBRE DE 2020 PERIODICO OFICIAL 7 En México, la pandemia derivada del virus SARS-CoV2 (COVID19) encontró un sistema de salud debilitado y con grandes rezagos en infraestructura, equipo y personal especializado, que implicó enormes esfuerzos financieros y de planeación, a fin de evitar un escenario similar al de los países europeos, en donde los índices de fallecimientos han sido muy elevados, derivados de diversos factores, como es la carencia de espacios suficientes de atención médica y hospitalaria. Por ello, la estrategia del gobierno mexicano se basó en el confinamiento por etapas — resguardo domiciliario y distanciamiento social — y en el cierre total de los establecimientos cuyas actividades fueron consideradas no esenciales, a fin de evitar la dispersión y propagación del virus, para aplanar la curva de contagios. Asimismo, se llevó a efecto la reconversión hospitalaria y se dotó a las instituciones del sector salud del equipamiento y el personal especializado necesario para atender a los enfermos. Esto trajo consigo implicaciones económicas que afectaron tanto las economías de las familias y las empresas como a las finanzas públicas, lo cual era inevitable porque la prioridad del Estado siempre ha sido salvaguardar la salud y vida de las personas. A pesar de esta compleja situación, las políticas del gobierno mexicano han logrado mantener finanzas públicas sanas, y se empiezan a notar importantes signos de recuperación en los diversos sectores económicos. De acuerdo con los datos del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), durante los meses de confinamiento de marzo a julio se tuvieron contracciones en los niveles de empleo; sin embargo, para los meses de agosto a octubre se muestra una tendencia a la recuperación, dado que se realiza un regreso paulatino a las actividades productivas mediante la “Nueva Normalidad”.

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